Atestado

Cuando voy atorada en un bus, y no puedo salir, y el de al lado no puede controlar el temblor de sus piernas, y el del otro lado se sienta tan a sus anchas como puede, y unas señoras cansadas y gordas ocupan el estrecho pasillo, y hay un torniquete imposible de pasar cuando llega la hora de bajarte, y ves que un muchacho golpea cabezas con un morral del que no tiene conciencia, y el conductor frena y acelera, frena y acelera, y hace calor, y huele mal, y son las seis de la tarde, y todos los carros pitan y las motos se escabullen, y nada, nada se mueve, ahí, en ese lugar, en ese instante, sé que todo está mal y que me tengo que largar cuanto antes. Largarme del bus, caminar, y largarme de aquí para respirar.


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