Se obsesiona con monedas de $500

Desde que compró una alcancía tipo tubo en un ‘agáchese’ del centro, Milena Calle no llega a su casa sin antes haber conseguido una moneda de $500. Por eso cada transacción de dinero es un reto que le puede representar la apreciada moneda. “Me da mucha rabia cuando me devuelven moneditas de $100 o de $200, porque si el cambio es de más, espero que al menos me den una moneda de las que me sirven para la alcancía”, manifestó Milena al tiempo que sacudió, orgullosa, su tubo decorado con la etiqueta de Heineken. Sin embargo, Adriana Montoya, compañera de Milena en la empresa Call Center, contó a A-Pin que la alcancía es más una obsesión que un plan de ahorro: “Antes nos íbamos para la casa en integrado del metro, pero ahora ella prefiere irse en dos buses”. Frente a esta acusación, Milena explicó que el integrado de Robledo vale $1.700, por lo que es muy difícil conseguir en la devuelta una moneda de $500, “en cambio, como el bus vale $1.300, es posible que los $700 de menuda me los den con alguna moneda de $500, y si son dos buses, pues son dos monedas”.

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