Hibernar en serie
Estas vacaciones, vistas desde hoy 62 de diciembre, fueron especiales. No viajé fuera del departamento, no participé en grandes fiestas ni tumultos, no me preocupé demasiado por nada. Simplemente los días se fueron sucediendo unos a otros hasta llegar a darme cuenta hoy de que mañana empieza febrero. Bien, esto es un balance de esta temporada de hibernación en la que si acaso prendí el computador cinco veces, si acaso hice aseo general un día, si acaso cumplí algo que planeé. Lo que sí hice fue ver series en Netflix. Pudo ser un error, pero compré un aparatico que se llama Chromecast, que sirve para que el televisor no muy moderno se convierta en “smart”, o sea que parezca que tiene internet. Fue una inversión que ya se pagó sola, porque me funcionó como una maravillosa máquina del tiempo que me evitó, gracias a su función de metaforizar un “fast forward”, profundizar en exceso en un sinnúmero de pensamientos indeseables sobre el futuro, la vida, el trabajo, la palabra que empieza